Los avances tecnológicos y el contexto cibernético actual, ha transformado a Internet  en una de las herramientas más relevantes a nivel mundial para la sociedad (Sinkkonen, Puhakka y Meriläinen, 2014). Sin embargo, su uso masivo trae consigo problemas dentro de los cuales se pueden referir el Uso Problemático de Internet (UPI) (Chen y  Li, 2014), es decir, una conducta desadaptativa con interferencias en la vida cotidiana (Gómez, Rial, Braña, Varela y Barreiro, 2014).

Existen beneficios indiscutibles en el uso del internet en población adolescente, como la obtención de información actualizada, avances en los procesos comunicativos, interacción social, etcétera. No tendría sentido pretender que los adolescentes excluyan de sus vidas las Nuevas Tecnologías, cuando el 90% de los mismos afirma utilizar Internet para hacer los deberes del colegio o para divertirse (Labrador, Requesens y Helguera). Sin embargo, resulta relevante analizar su uso excesivo en esta población y la utilización de redes sociales para conocer las posibles consecuencias negativas derivadas.

En primer lugar, es necesario conocer los factores de riesgo que llevan al adolescente a incrementar su tiempo en el uso de las redes sociales. Entre ellos encontramos: autopercepción negativa, ciertos rasgos de personalidad (neuroticismo y narcisismo), apoyo social en línea, falta de regulación o manejo emocional, insatisfacción general con la vida, determinados estilos de apego (ansioso y evitativo, principalmente) y una mala relación entre el adolescente y sus padres (Rojas, Henríquez, Sanhueza, Núñez, Inostroza, Solís y Contreras (2018).

¿Cómo podemos prevenir estas conductas?

Es imprescindible conocer cómo podemos prevenir la aparición de conductas adictivas en el uso de internet, y más específicamente, de las redes sociales; desde la familia, los padres debemos transmitir valores fundamentales: autorrealización, disciplina, solidaridad, lealtad o generosidad, estando, éstos, sostenidos por la comunicación abierta con los hijos, porque la relación paterno-filial es el factor más importante de protección ante cualquier problema, incluido el de la adicción. A partir de aquí, los padres pueden informar a los hijos sobre los riesgos del uso de las redes sociales y enseñarles a hacer un uso razonable y responsable.

¿Cómo sé si mi hijo/a hace un uso excesivo de internet o redes sociales?

Un adolescente presenta un indicio adictivo si:

  • Incrementa su uso exponencialmente, produciendo interferencias graves en su vida cotidiana.
  • Pierde interés o abandona otras actividades extraescolares o eventos sociales.
  • Manipula para dedicar más tiempo al uso de internet o redes sociales.
  • Usa estas herramientas no para pasarlo bien, sino para evitar el malestar que le supone no utilizarlas.

 

¿Qué pautas debo de tener en cuenta para un uso adecuado?

Existen varias normas básicas para proteger a nuestros hijos de los riesgos de internet:

  • Hablar abiertamente de los riesgos y explicarles en qué consiste cada uno, así como el uso seguro y responsable.
  • Establecer reglas claras de utilización, no de manera impuesta, sino mediante un acuerdo mutuo. A esto puede ayudar la creación de un acuerdo escrito firmado tanto por el hijo/a como por los padres, de manera que se cree un compromiso entre ambas partes.
  • Si disponen de un móvil propio, es aconsejable poner un límite de gasto mensual, así como hacerles responsables del gasto que generan.
  • Dejar que naveguen sólo cuando haya un adulto en casa, de manera que éste pueda servir de soporte o ayuda. En el icono de Historial, se pueden consultar las páginas a las que se ha accedido anteriormente.
  • Explicarles detalladamente la importancia de no compartir datos personales (direcciones, por ejemplo).
  • Conocer los contactos y contraseñas de sus cuentas, al menos hasta los 16 años.
  • Chatea de vez en cuando con tus hijos, de manera que conozcas sus hábitos y así crear un clima de confianza entre vosotros.
  • Si es posible, instalar un programa de protección para evitar el acceso a páginas no apropiadas para menores.
  • Transmitirles mensajes claros acerca de internet: la falta de información veraz, la existencia de sorteos falsos, las ventajas de utilizar cuentas de correo gratuitas (puesto que requieren menos datos personales), los riesgos de compartir fotos muy personales en redes sociales, la necesidad de poner límites cuando no se sientan cómodos con alguna situación, y, lo más importante, que pueden acudir a los padres para ayudar a solucionar cualquier situación problemática que surja.

 

Referencias

Cheng, C., y Li, A. (2014). Internet addic­tion prevalence and quality of (real) life: a meta-analysis of 31 nations across seven world regions. Cyberpsychology Behavior and Social Networking 17(12).

Labrador, E., Requesens, A. y Helguera, M. Guía para padres y educadores sobre el uso seguro de Internet, móviles y videojuegos. Fundación Gaudium.

Rojas-Jara, C., Henríquez, F., Sanhueza, F., Núñez, P., Inostroza, E., Solís, A. y Contreras, D (2018). Adicción a Internet y uso de redes sociales en adolescentes: una revisión. Universidad Católica del Maule. Revista Española de Drogodependencias, 43(4), 39-54.

Sinkkonen, H.M., Puhakka, H. y Meriläinen, M. (2014). Internet use and addiction among Finish adolescents(15-19 years). Journal of Adolescence, 37(123-131).