¡Finales de agosto y la vuelta al cole cada vez más cerca! ¿Cómo cambian tus emociones cuando piensas en ello? ¿Te das cuenta lo que sucede dentro de ti? ¿Lo que era calma qué es ahora?

 

Para muchos, las vacaciones son un atardecer en una playa o un paseo por la montaña; Cuando evocamos esto, ¿qué sientes? la mayoría dicen CALMA. Y, ¿qué es la calma? Podríamos discutir sobre esto, pero gran parte de nosotros asociamos la calma a la tranquilidad, al equilibrio o a la paz. Mi segunda pregunta es: ¿estás seguro de que todas esas palabras son una emoción? ¿No es acaso la calma la falta de activación?

 

Te propongo un ejercicio sencillo, por favor, visualiza como se pone el sol en pleamar, con unas olas muy pequeñas, ¿podrías decime que sientes? Puede que te resulte muy difícil encontrar una emoción, muy bien, ahora te lanzo otra pregunta, ¿sientes en alguna parte del cuerpo la sensación?

 

Puede que tu respuesta sea que no, que no sientes ninguna parte con más actividad que otra. Ahora te propongo otro ejercicio sencillo, sigues en esa maravillosa playa y de pronto, un ser querido desaparece de tu campo de visión, miras a cada lado, pero no lo ves. ¿Qué sucede ahora? ¿Qué sientes y en que parte de tu cuerpo lo sientes?

 

Como ves todo ha cambiado, ¿qué has sentido? Muchos de nosotros nos referiremos a un pinchazo en estómago, otros hablarán del impulso de ir a buscarlo o gritar su nombre y otros, los más avanzados en “esto de las emociones” dirán que han sentido un miedo intenso. Todos dicen la verdad, pero sólo algunos saben ponerle el nombre a esa vivencia experiencial.

La importancia del campo de las emociones en el ser humano ha ido aumentando en el campo de la Psicología y la Psicoterapia, pasando a convertirse en un área de estudio, teorización y experimentación de primer orden.La investigación y el estudio de las emociones comporta la adopción de un criterio o punto de vista epistemológico en lo que a su conceptualización y proceso se refiere. Para Greenberg (1998): “Las emociones son un hecho empírico, tanto experiencial como científicamente.” (pág. 9).

Según sostiene Greenberg (1994):  “La emoción constituye la base tanto de la experiencia como del significado personal.(…) El trabajo con las emociones resulta pues central para la psicoterapia.

¿Sabes que si en la playa, junto a ti, hay una persona de Finlandia y otra de Marruecos a las que les ha ocurrido lo mismo sentirán esa emoción en el mismo lugar de su cuerpo que tú? Según un estudio, publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences, tenemos los mismos patrones recurrentes a la hora de experimentar emociones, hasta el punto de que se ha podido crear un mapa  específico emocional.  Por ejemplo, descubrieron el increíble el efecto en nuestro calor corporal que tienen la alegría y el amor, mientras que la tristeza y la depresión nos vuelven fríos y distantes. Por otro lado, el desprecio y la envidia son emociones muy parecidas en su manifestación, y el orgullo prácticamente enciende nuestro rostro y pecho al rojo vivo. Saber donde sentimos una emoción es la primera vía para llegar a nuestra emociones primarias cuando no se nos da muy bien reconocerlas.

 

Estos cambios físicos son la llamada de nuestro cuerpo cuando no hacemos demasiado caso a nuestras emociones -nuestras necesidades-, a veces porque no nos han enseñado a diferenciarlas y otras muchas por una tendencia a  trivializarlas o castigarlas.  Disfrazamos las emociones que nos dicen “que queremos” por las del “que debemos”.

 

Un ejemplo práctico, realizamos un buen trabajo que no se nos es reconocido, nos sentimos molestos por ello. Si ahondamos más, lo que podemos encontrar es una profunda tristeza por no sentirnos lo suficientemente valorados (algo que se traduce por una pérdida de autoestima) que si no comunicamos y regulamos  puede desembocar en malestares en una mayor desmotivación y un malestar que puede ser el camino de otros problemas más complicados.

 

En Center Psicología, la terapia focalizada en las emociones es esencial en parte de nuestro trabajo, nos ayuda a que os conozcáis mejor y que, juntas y juntos,  aprendamos a distinguir vuestras emociones y sus vivencia desde la aceptación y no la lucha.

(…)Trabajar con las emocione abarca tanto la empatía, la validación y la relación, como la focalización continua en el acceso y reorganización de la experiencia emocional, los cuales constituyen los ingredientes centrales de la eficacia psicoterapéutica.” Como punto de partida tomaremos el concepto que Greenberg (1994) propone de “esquema emocional” el cuál formula como: “Un conjunto de principios de organización, que se construyen a partir del repertorio de respuestas innatas del individuo, así como de su experiencia pasada, los cuales interactúan con la situación de ese momento, dando lugar a la experiencia presente.”

Bibliografía

 Greenberg, L. S. y Paivio, S.C. (2000) Trabajar con las emociones en Psicoterapia. Barcelona. Piados. (Original, 1997)

Perls, F. (1973)  El enfoque gestáltico y Testimonios de Terapia. Santiago de Chile. Cuatro Vientos. 1976.

Perls, L. (1992) Viviendo en los límites. Valencia. Promolibro. 1994

Salama, H. (1994) Manual del Test de Psicodiagnóstico Gestalt de Salama. México, Centro Gestalt de México.1994. 3ª Edición.

Salama, H. (1998). Proceso y Metodología3ª Ed. México. Alfaomega

Schoch de Neuform, S. (2000) La relación dialógica en Terapia Gestalt. Libros CTP. Madrid 2.000