¿Os suena a alguno la sensación de que tenéis que ser los mejores profesionales, que no dedicáis suficiente tiempo a vuestros hijos o que deberías ir a visitar más a vuestros padres que ya están mayores?

Muchos de nosotros nos hemos encontrado en esa situación de querer ser 100% en todo, con lo que nuestra tacita del estrés se va llenando hasta rebosar y provocarnos problemas derivados, de sueño, de alimentación, de concentración, de bajada de defensas y, en los casos más graves, ataques de pánico y ansiedad.

Hace aproximadamente ocho años, pasando por una situación complicada del tipo de las comentadas, oí hablar de Mindfulness, pero no era el momento para practicarlo. Unos meses después, calmada la tempestad, decidí investigar e indagar sobre ello, apuntándome a un curso básico de 8 semanas de entrenamiento. Desde entonces no he dejado de practicar y de formarme en la materia.

Sólo con esas ocho semanas ya empecé a percibir algunos cambios que luego irían aumentando y sumándose a otros nuevos, a medida que continuaba con la práctica. Me di cuenta de que Mindfulness es una joya y no podía quedármela para mi sola, por eso decidí hacerme instructora.

El término Mindfulness, hasta no hace mucho desconocido, ha ido haciendo su aparición poco a poco en diferentes ámbitos, hasta ir en aumento de tal forma que ya no es raro oír hablar de Mindfulness, en el trabajo, en el gimnasio o en la cola del autobús. ¿Pero Mindfulness es tan sólo una moda que ha aparecido en lo últimos tiempos o es algo más?

Mindfulness es lo que llamaríamos un término paraguas, ya que dependiendo a que nos estemos refiriendo puede tener significados diferentes. En nuestro idioma se ha traducido como conciencia plena y se engloba dentro de las llamadas terapias de tercera generación en Psicología, pero Mindfulness también es un estado, una forma de vida o las herramientas que utilizamos para llegar a ese estado.

La práctica de Mindfulness es sencilla en compañía de un buen instructor que tenga integrada la práctica en su vida diaria. El peligro es que, al ser algo sencillo de practicar, hay personas que sin la formación debida se lanzan a entrenar a otras personas y ahí es cuando pueden surgir los problemas, sobre todo en el uso terapéutico, donde sólo debe ser impartido por profesionales de la salud. Por ello es importante saber siempre la formación del instructor y su nivel de practica.

El Mindfulness proviene de las religiones orientales, pero la idea surge en los años 70 cuando Jon Kabat Zinn comienza a utilizar las técnicas para el tratamiento del estrés, creando un modelo, el MBSR (Mindfulness based stress reduction) libre de connotaciones religiosas y basado en evidencia científica. Desde entonces han ido apareciendo diferentes modelos para aplicar en diferentes ámbitos de actuación y que también se soportan en una importante evidencia científica.

Hay muchos beneficios que se asocian a la práctica del Mindfulness, como disminución del nivel de estrés, mejora en la calidad del sueño y aumento de la concentración a nivel general. A nivel más particular se está utilizando en el tratamiento del dolor, hipertensión, diabetes tipo II y cáncer entre otras enfermedades.

También se está difundiendo su práctica en muy diferentes entornos, salud, educación, empresas, seguridad en el trabajo, organismos gubernamentales y población general.

Una de las definiciones que más se utilizan es “La conciencia que surge de prestar atención, de forma intencional, a la experiencia tal y como es en el momento presente, sin juzgarla, sin evaluarla y sin reaccionar a ella” (Kabat-Zinn, 2002)

Y es que Mindfulness es una gimnasia mental, un entrenamiento de la atención, donde también se trabajan la aceptación y los juicios.

¿A quién no le ha pasado alguna vez llegar de casa al trabajo y pensar, por dónde he venido o no tener consciencia de cómo estaban los semáforos?

Esta falta de atención es muy común en nuestros días en los que estamos hiperestimulados y las prisas son nuestras compañeras de viaje. Afortunadamente, la atención se puede entrenar y obtener los beneficios asociados a este entrenamiento.

Con todo lo dicho y sabiendo que se basa en técnicas milenarias que llevan funcionando desde la antigüedad, creo que está claro que no es una moda, aunque sí puede serlo su mal uso y difusión.

 

Patricia De la Fuente Cid
Psicólogo General Sanitario colegiado M-19319 y Máster en Mindfulness