A menudo, al vernos envueltos en la rapidez del día a día, pocas veces nos paramos a pensar en todo aquello que tenemos y damos por seguro, sin siquiera imaginar nuestra vida distinta. Sin embargo, en ocasiones ocurre algún acontecimiento que lo cambia todo, y nos hace valorar aquello perdido y que se daba por imperturbable.

Esto ocurre por ejemplo con la percepción, normalmente no nos cuestionamos la continuidad de aquello que vemos, los movimientos de las cosas o la posición de lo observado. Sin embargo, hay personas que no pueden fiarse de lo que ven, sino que deben imaginar el cambio y dirección del movimiento de las cosas para estar a salvo. Estamos hablando de la acinetopsia, la cual presenta incapacidad para percibir el movimiento (Álvarez y Masjuan, 2015) Las imágenes que perciben las personas con acinetopsia son estáticas y van cambiando como si de fotografías se tratasen en espacios variables de tiempo.

Este síndrome que, en un primer momento podría parecer curioso, es altamente limitante ya que dependemos completamente de la percepción del movimiento para guiarnos y movernos; al cruzar por un paso de cebra, por ejemplo, veríamos el coche estático a lo lejos, a medio camino después, y cuando quisiéramos cruzar la calle, quizá está demasiado cerca o pasando justamente por nuestro lado con el peligro que eso conlleva. Nos quedaríamos sin momentos intermedios, solo habría estados.

Lo mismo pasaría al intentar llenar un vaso con agua, tendríamos la imagen de un vaso vacío, después al acercar el agua, percibiríamos que está flotando, estática en el aire, como si de un cubo de hielo se tratase, a continuación, veríamos el vaso medio lleno, y la siguiente imagen que percibiríamos sería el vaso derramado.

Estos ejemplos cotidianos de acciones que hacemos todos los días casi automáticamente, sin ningún problema, nos sirven para darnos cuenta de la gran ayuda que nos da poder percibir la vida de continuo. ¿Os imagináis vivir en fotografías? ¿Perder la continuidad de un pestañeo o una sonrisa?

Para que sea más gráfico todavía, podéis ver el siguiente video perteneciente a Ian Kammer, el cual ha intentado dar una visión cinematográfica de este síndrome. La primera parte del video nos muestra la visión que tenemos normalmente, y hace una analogía de nuestra visión con una máquina de cine en constante movimiento. En la parte final del video, muestra la vista de una persona con acinetopsia y la diferencia es notable.

https://youtu.be/tYFhDzQ1rYU

La primera vez que se describió científicamente este síndrome fue en 1983 por Zhil, Von Cramon y Mai, y posteriormente Zeki (1991), principal investigador del síndrome se dedicó a estudiar las razones por las cuales se producía este cambio en la percepción del movimiento. Así pues, Zeki (1991) nos explica que las personas con acinetopsia pueden ver claramente cualquier escena u objeto, la codificación de la imagen es buena. Sin embargo, es al reconocer e interpretar la imagen cuando se producen fallos, específicamente en la vía dorsal de la corteza visual primaria, encargada de situar los objetos en el espacio, determinar su movimiento y trayectoria, y permitiéndonos guiar nuestros movimientos de manera precisa hacia ellos. Este síndrome sobreviene tras un golpe, traumatismo craneoencefálico o lesiones occitoparietales bilaterales, aunque también hay descritos casos de lesión unilateral.

En cuanto al tratamiento de la parte psicológica de la acinetopsia y otros síndromes de la percepción, se utilizan (Jacas, 2015):

  • Técnicas cognitivo-conductuales (teniendo en cuenta emoción y conducta).
  • Psicoeducación y tratamiento de la conciencia de limitaciones
  • Técnicas de relajación, mindfulness y técnicas de imaginación
  • Participación siempre activa de la persona y apoyo familiar

No se conocen con exactitud datos de prevalencia de este síndrome puesto que es poco común, pero es interesante ampliar nuestro conocimiento. Además, nos puede ser de ayuda como ejercicio de reflexión para valorar aquello que tenemos, y que muchas veces, por ser lo común en nosotros, nos olvidamos de que está ahí. En este caso, estamos hablando de la percepción del movimiento, pero se puede extrapolar a cualquier aspecto de nuestras vidas… ¿qué tan afortunado eres tú?

 

Bibliografía

Álvarez, R., & Masjuan, J. (2016). Agnosias visuales. Revista Clínica Española216(2), 85-91.

Ardila, A. (2016). Some unusual neuropsychological syndromes: Somatoparaphrenia, akinetopsia, reduplicative paramnesia, autotopagnosia. Archives of Clinical Neuropsychology31(5), 456-464.

Ding, S., Meng, L., Han, Y., & Xue, Y. (2017). A review on feature binding theory and its functions observed in perceptual process. Cognitive Computation9(2), 194-206.

Jacas, C. (2015). Rehabilitación de la percepción visual. Inf. psiquiátr, (220), 55-62.

Zeki, S. (1991). Cerebral akinetopsia (visual motion blindness) a review. Brain114(2), 811-824.

 

 

Joselin Miranda Gómez

Psicóloga sanitaria

Colegiada Nº: M-34684