SÍNDROME DE GILLES DE LA TOURETTE

Este artículo tiene la intención de aportar una visión global sobre el Síndrome de Tourette, su sintomatología y cómo se puede ayudar a las personas diagnosticas con dicho síndrome. Los puntos que se van a tratar son:

  • ¿Qué es el Síndrome de Tourette?
  • ¿Qué otros trastornos y rasgos aparecen relacionados con el Síndrome de Tourette?
  • ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo si tiene Síndrome de Tourette?

1.¿Qué es el Síndrome de Tourette?

El Síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que se inicia normalmente entre los 5 y 7 años y se caracteriza por la presencia de tics musculares crónicos y tics vocálicos/fónicos.

Los pacientes con Síndrome de Tourette presentan una amplia gama de tics y la complejidad de algunos de ellos puede ser desconcertante para los miembros de su familia, amigos, compañeros de clase o trabajo y profesores. Los tics imitan un movimiento coordinado y normal y presentan una intensidad variable. Habitualmente la persona describe una sensación en su interior (“sensación premonitoria”) que le lleva a realizar el tic.

Los tics motores y/o fónicos suelen empeorar con la ansiedad, el aburrimiento, la fatiga y la excitación. Sin embargo, el sueño, la relajación, el ejercicio físico, el baile o la concentración en una tarea agradable pueden producir una disminución temporal de los tics.

2.¿Qué otros trastornos y rasgos aparecen relacionados con el Síndrome de Tourette?

Además de los tics motores y/o fónicos, los pacientes diagnosticados de Síndrome de Tourette también pueden presentar otros trastornos o rasgos comórbidos. Algunos de ellos son:

En primer lugar, pueden surgir obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son ideas, pensamientos, impulsos o imágenes persistentes que se viven como algo molesto, inadecuado, carente de sentido y repetitivo. Por otro lado, las compulsiones son conductas repetitivas que se llevan a cabo para evitar o disminuir la ansiedad o la angustia.

En el Síndrome de Tourette las obsesiones suelen relacionarse con escenas violentas, pensar en temas de carácter sexual o contar. Por otro lado, las compulsiones se corresponden con la simetría, la nivelación, la alineación de objetos y hacer las cosas bien. Por ejemplo, nos podemos encontrar a niñ@s que les piden a los padres que repitan una determinada frase hasta que les suene bien o tocar un objeto con ambas manos para tenerla misma sensación de presión en las dos manos. Estos comportamientos obsesivos-compulsivos pueden repercutir en el rendimiento escolar del niño porque puede repetir una y otra vez los deberes, comprobar muchas veces el examen hasta el punto de no acabar los ejercicios o el examen.

En segundo lugar, es común que las personas con Síndrome de Tourette también presenten TDAH. Los rasgos más comunes de este trastorno son: concentración escasa, incapacidad de mantener la atención un largo periodo de tiempo, facilidad para distraer, hiperactividad e impulsividad. En consecuencia, esta sintomatología puede, del mismo modo, afectar al comportamiento en el aula.

Así mismo, el Síndrome de Tourette puede presentar dificultades para la planificación, organización o inhibir tareas, pensamientos o acciones a causa del síndrome Disejecutivo que pueden presentar. Además, los pacientes diagnosticados de ST tienen un rendimiento significativamente menor en tareas que evalúan las habilidades perceptivas y visocontructivas, así como en memoria de trabajo (Riós-Florez y López – Gutiérrez, 2016)

3.¿Cómo puedo ayudar a mi hijo si tiene Síndrome de Tourette?

Tanto el tratamiento psicológico como la medicación ha resultado ser de gran utilidad en el Síndrome de Tourette.

  1. La psicoterapia individual resulta muy útil para disminuir y enfrentarse a las dificultades diarias d vivir con tics.
  2. Las técnicas de relajación se utilizan para contribuir a la reducción de los tics durante un corto periodo de tiempo.
  3. La práctica negativa masiva: consiste en que el paciente realice el movimiento durante un periodo de tiempo, seguidos de periodos de tiempo de descanso. Esto al paciente le cansará de realizar el tic por lo que la frecuencia disminuirá.
  4. El mindfulness: el mindfulness se ha incorporado de una manera muy incipiente en la psicología de la salud y en la terapia cognitiva (Vallejo, 2016). Tras la intervención en mindfulness se ha mostrado una reducción de los síntomas psicológicos, como los síntomas de ansiedad y la mejora en la regulación emocional, y así mismo para optimizar la atención y la capacidad de focalización y, por lo tanto, su eficacia en la autorregulación emocional. Por este motivo, el mindfulness puede ser especialmente importante para las personas con ST ya que los tics dependen en gran medida de los factores estresantes. Si quieres leer más sobre el Mindfulness, haz click aquí. 

 

En conclusión, podemos decir que el síndrome de Tourette es complejo. Por este motivo, desde CENTER Psicología Clínica queremos difundir información fiable y precisa a padres, profesores y a diferentes profesionales para que puedan manejar de un mejor modo todos estos síntomas. No obstante, si tienes alguna consulta, no dudes en ponerte en contacto con nosotros o con un profesional, haciendo click aquí. 

Alba Mª García Rasero

Neuropsicóloga Clínica

N.º Col.: M-32464

Bibliografía

Ríos-Flórez, J. y López-Gutiérrez, C. (2016). Enfoque clínico y neuroguncional del Síndrome de Gilles de la Tourette. Revista Piscoespacios, 10(17), 155-167.

Robertson, M. y Cavanna, A. (2010). El síndrome de Tourette. Madrid: Alianza Editorial.

Vallejo, P. (2006). Mindfulness. Papeles del Psicólogo, 27(2), 92-99.