Durante los primeros años de vida de un niño las despedidas con llantos y rabietas son algo común. Esto puede denominarse ansiedad por separación, la cual forma parte de una etapa normal en el desarrollo que suele desaparecer, aproximadamente, a los 3 años de edad. Sin embargo, en algunos casos, esta ansiedad puede darse de forma más intensa y problemática, pudiendo suponer el Trastorno de Ansiedad por Separación (TAS).

  • ¿Qué es el Trastorno de Ansiedad por Separación?

El Trastorno de Ansiedad por Separación está clasificado entre los trastornos de ansiedad. Este se caracteriza por una ansiedad excesiva e inapropiada para la edad de la persona en el momento de la despedida con las personas a las que están vinculados emocionalmente, como pueden ser los padres. Esta ansiedad tiende a llevarlos a una incapacidad para estar solos, y tiene repercusiones negativas en las diferentes áreas de su vida, como la social, la escolar o la familiar.

  • ¿Cuáles son los síntomas?

Dentro de los síntomas que se pueden presentar se encuentran los siguientes:

  • Malestar cuando se prevé una separación.
  • Preocupación por si las figuras de apego sufren un daño y esto puede implicar una pérdida.
  • Resistencia o rechazo a salir de casa por miedo a la separación.
  • Miedo a estar solo, sin las figuras de apego.
  • Rechazo a dormir fuera de casa o a dormir sin estar cerca de la figura de apego.
  • Pesadillas sobre el tema de la separación.
  • Quejas sobre síntomas físicos (por ejemplo, dolor de cabeza, de estómago, vómitos…).

 

  • ¿A quién le afecta?

El TAS puede iniciarse en cualquier momento antes de los 18 años, siendo más frecuente su aparición entre los 7 y los 9 años. Cabe destacar que su comienzo no suele darse en la adolescencia, y que no se presentan diferencias de género.

  • ¿Cómo se diagnostica?

Es importante que el diagnóstico lo lleve a cabo un profesional cualificado. Y es importante tener en cuenta que un diagnóstico temprano permite comenzar el tratamiento cuanto antes y así evitar futuros problemas.

 

  • ¿Cuáles son las causas?

Generalmente surge de una interrelación entre el temperamento, la neurobiología, el vínculo y el estilo parental y familiar. Con respecto al estilo parental, se ha visto que el apego que muestran los niños tiende a ser de tipo inseguro, y que suelen ser padres sobreprotectores.

Por otra parte, suele aparecer tras sufrir algún evento estresante, como puede ser el fallecimiento de un familiar, o enfermedad propia o de un familiar, mudanzas, cambios de colegio, entre otros.

  • ¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento siempre se adecúa a las características de la persona, atendiendo a aspectos como la edad, la gravedad del problema o las preferencias. Además, también es importante realizar una evaluación general de la familia para comprobar qué medidas se pueden tener en consideración.

Para el tratamiento se utilizan técnicas de relajación, pautas para la familia, exposición gradual a las situaciones temidas, imaginación emotiva y técnicas cognitivas. Todo ello se orienta a reducir los altos niveles de ansiedad y a aumentar la tolerancia a las situaciones que implican separación de las figuras de apego.

Conviene hacer una evaluación de los vínculos establecidos con las figuras de apego, por si es necesario trabajar en la dirección de relaciones seguras.

  • En conclusión

Es importante diferenciar si la ansiedad que se presenta por la separación forma parte de una etapa evolutiva o si realmente está suponiendo un problema mayor. Para ello, ante la duda, conviene consultar con un profesional, a fin de que evalúe la situación y ponga en marcha un tratamiento psicológico si es preciso.

 

Bibliografía:

Bados López, Arturo. “Trastorno de ansiedad por separación: rechazo escolar y fobia escolar.” (2006).

Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales: DSM-5. Editorial medica panamericana, 2014.

PACHECO, BERNARDO, and Tamara Ventura. “Trastorno de ansiedad por separación.” Revista chilena de pediatría 80.2 (2009): 109-119.

 

Laura Baliña Cortiñas

Psicóloga